miércoles, noviembre 30, 2011

Parásitos recursivos



En este vídeo aparecen tres bichillos que tienen una curiosa relación entre ellos.

El gusano verde es una larva de Aellopos fadus (Sphingidae).

Cerca de ella tiene a una mosca Drino Piceiventris (Tachinidae). Esta mosca tiene la fea costumbre de depositar sus larvas (entre 10 y 30) sobre la piel de la oruga, las larvas entran dentro de la oruga y se desarrollan dentro de la misma, comiéndose todas sus partes internas. Cuando las larvas lleguen a su completo desarrollo, saldrán a través de la piel de la desafortunada oruga y producirán en el suelo sus puparios (un tipo de capullo con la pupa adentro).

El tercer protagonista, que aparece al comienzo del vídeo, encima de la oruga, es una avispa (Chalcididae) que está poniendo sus huevos directamente dentro de la desafortunada oruga. Las pequeñas larvas de la avispa saldrán de sus huevos, pasado un tiempo, y buscarán a las larvas de la mosca Drino Piceiventris, que ya se estarán desarrollando dentro de la oruga, y cada una de ellas entrará en una de las larvas de la mosca, para parasitar a las mismas.

Más adelante cuando las larvas de la mosca salgan de la oruga y produzcan su pupario, de este pupario no saldrá una mosca sino que saldrá una avispa.

Es decir la avispa no es un parásito de la oruga, sino que es un hiperparásito de la mosca, un parásito de un parásito.

Quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Pero a mi esta historia me parece una rato asquerosa.... aún no sé porque me ha dado por publicarla.

3 comentarios:

  1. Fue entonces el tiempo de los diptongos
    de los espacios intermedios
    y los paseos apresurados.
    Fue cuando las larvas horadaron
    y
    algún discípulo sucumbió (víctima de alguna mujer)
    y las miradas espesas no encontraron sosiego.
    Fue, ahora, la última caída de hoja,
    un hilván colgando del bastidor
    y una mordaza en las sienes.

    Felipe Zapico Alonso

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  2. La política del vidrio es quedarse como está.

    Se trata de comenzar una mitología

    sin llegar a romperse. La idea era que



    a los prisioneros había que quebrarlos

    lo más pronto posible. El vidrio por

    su parte tiene que aguantar. La noche



    de los cristales rotos siempre será

    recordada. Los escaparates por

    el suelo era una forma de terminar



    con la juventud: la de ellos,

    la de todos nosotros. La noche

    que nosotros rompimos los cristales



    estábamos en la casa de la Ale

    del Río y un original sin traducción

    se vino abajo. La adivinadora nos



    echó a patadas, la poética de arreglar

    la cagá que nos mandamos

    no involucra mitología



    alguna. A vos te llevaron

    preso: al otro día fui a buscarte

    pero ya te habían soltado:



    ni los pacos te aguantan más de una hora.

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  3. Libertad es lo que haces con lo que te han hecho a ti, decía Sartre...

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