miércoles, abril 26, 2017

El mapa

 "Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte: Josiah Royce, en el primer volumen de su obra The World and the Individual (1899), ha formulado lo siguiente: 'imaginemos que una porción del suelo de Inglaterra ha sido nivelado perfectamente y que en él, un cartógrafo traza un mapa de Inglaterra. El trabajo es perfecto; no hay detalle del suelo de Inglaterra, sin importar cuán diminuto, que no esté registrado en el mapa; todo tiene ahí su correspondencia. Este mapa, en dicho caso, debería contener un mapa del mapa, que debería contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta la infinidad' ¿Por qué nos perturba que el mapa sea incluido en el mapa así como las mil y una noches en el libro de Las Mil y Una Noches? ¿Por qué nos perturba que Don Quijote sea un lector del Quijote y que Hamlet sea un espectador de Hamlet? Creo que he encontrado la razón: estas inversiones sugieren que si los personajes de una obra ficticia pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos ser ficciones"

Jorge Luis Borges, "Partial Enchantments of the Quixote", Other Inquisitions, 1964

sábado, febrero 11, 2017

Pero el blog no había muerto

Un pulpo que agonizaba de hambre fue encerrado en un acuario por muchísimo tiempo. Una pálida luz se filtraba a través del vidrio y se difundía tristemente en la densa sombra de la roca. Todo el mundo se olvidó de este lóbrego acuario. Se podía suponer que el pulpo estaba muerto y sólo se veía el agua podrida iluminada apenas por la luz del crepúsculo. Pero el pulpo no había muerto. Permanecía escondido detrás de la roca. Y cuando despertó de su sueño tuvo que sufrir un hambre terrible, día tras día en esa prisión solitaria, pues no había carnada alguna ni comida para él. Entonces comenzó a comerse sus propios tentáculos. Primero uno, después otro. Cuando ya no tenía tentáculos comenzó a devorar poco a poco sus entrañas, una parte tras otra.

En esta forma el pulpo terminó comiéndose todo su cuerpo, su piel, su cerebro, su estómago; absolutamente todo.
Una mañana llegó un cuidador, miró dentro del acuario y sólo vio el agua sombría y las algas ondulantes. El pulpo prácticamente había desaparecido.
Pero el pulpo no había muerto. Aún estaba vivo en ese acuario mustio y abandonado. Por espacio de siglos, tal vez eternamente, continuaba viva allí una criatura invisible, presa de horrendas escasez e insatisfacción.

EL PULPO QUE NO MURIÓ
Sakutaro Hagiwara (Japón, 1886-1942)