sábado, febrero 11, 2017

Pero el blog no había muerto

Un pulpo que agonizaba de hambre fue encerrado en un acuario por muchísimo tiempo. Una pálida luz se filtraba a través del vidrio y se difundía tristemente en la densa sombra de la roca. Todo el mundo se olvidó de este lóbrego acuario. Se podía suponer que el pulpo estaba muerto y sólo se veía el agua podrida iluminada apenas por la luz del crepúsculo. Pero el pulpo no había muerto. Permanecía escondido detrás de la roca. Y cuando despertó de su sueño tuvo que sufrir un hambre terrible, día tras día en esa prisión solitaria, pues no había carnada alguna ni comida para él. Entonces comenzó a comerse sus propios tentáculos. Primero uno, después otro. Cuando ya no tenía tentáculos comenzó a devorar poco a poco sus entrañas, una parte tras otra.

En esta forma el pulpo terminó comiéndose todo su cuerpo, su piel, su cerebro, su estómago; absolutamente todo.
Una mañana llegó un cuidador, miró dentro del acuario y sólo vio el agua sombría y las algas ondulantes. El pulpo prácticamente había desaparecido.
Pero el pulpo no había muerto. Aún estaba vivo en ese acuario mustio y abandonado. Por espacio de siglos, tal vez eternamente, continuaba viva allí una criatura invisible, presa de horrendas escasez e insatisfacción.

EL PULPO QUE NO MURIÓ
Sakutaro Hagiwara (Japón, 1886-1942)


3 Comentarios:

Antonio dijo ...

ODA AL ISIS mahoma era un crack y el corán tiene puntazos pero igual se os ha ido un poco la mano con el mindfulness

Antonio dijo ...

en "La muerte feliz". El primer libro de Albert Camus, creo que hasta ahora inédito en España. Trata de un hombre, con el mismo nombre que "El extranjero", que también comete un asesinato, para conquistar la felicidad. La encuentra al final de su vida. Sólo en ése momento es feliz. Un respeto al maestro.

Antonio dijo ...

Lo siento. Querer a alguien es decirle: Tú no vas a morir nunca.
Un abrazo