martes, junio 30, 2009

Naranath Branthan


Naranath fue un muchaho hindú que se pasó la mayor parte de su vida con la misma rutina diaria. Cada día, desde mucho antes del alba hasta el anochecer, se dedicó a empujar una inmensa roca hasta la cima de una montaña de Kerala para dejarla caer y volver a empezar de nuevo.

¿De que me sonará a mí esta historia?

Pero a diferencia de lo que a mi siempre me ocurrió, él lo hacia únicamente por propia voluntad. Y ese pequeño matiz lo cambia todo.

Porque además, como ya comenté alguna otra vez, lo importante no son las cosas que te pasan sino como te tomas las cosas que te pasan.

Pero aunque era feliz con su rutina, acabó bastante aburrido ... y lo cierto es que al final lo seguía haciendo únicamente por inercia y por "qué diría la gente" si dejaba de hacerlo. Pero un buen día él también encontró una puerta y se le ocurrió la estrategia creativa para salir del bucle:

"Cuando llegues a la cima de una montaña, sigue subiendo"
y nunca más se volvió a saber de él.

3 Comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo ...

Y en ello seguimos. Seguimos subiendo. A veces paramos, pero seguimos, seguimos subiendo.

ALyCie dijo ...

Volo, volas, volare, volavi, volatum.
[Que se traduce como: quiero volar]
;-D
¡Salud y buenos alimentos!

Lula Towanda dijo ...

Del sarna con gusto no pica al escaqueo total