viernes, octubre 20, 2006

Concentración y tafofilia

Dicen que el aspecto más característico de los ingenieros es nuestra capacidad de concentración. Ante el reto de resolver un problema interesante somos capaces de concentrarnos hasta el punto de excluir cualquier tipo de interacción con el medio.

Cuentan las malas lenguas, que más de una vez se ha dado a un ingeniero por muerto cuando realmente sólo estaba concentrado.

En mi caso es cierto, así que quizás debiera comprar y leer "Enterrados vivos: La terrorífica historia de nuestro miedo más primario", especialmente ahora que se acerca el día de difuntos. No vaya a ser que un día levante la cabeza diciendo:

"lo tengo... ya entiendo porque no se actualizan los últimos comentarios del blog en blogger beta"

y me de un golpe contra la tapa de un ataúd porque me hayan enterrado vivo.

El miedo a ser enterrado vivo es un miedo ancestral, que desde tiempos inmemoriales ha aterrorizado a toda la humanidad (a toda excepto a los tafofilicos(1) claro).

Y las formas de evitar esta horrible posibilidad han sido tan variadas como curiosas:

Se ha usado extravagantes métodos para asegurar que el difunto estaba realmente muerto, como por ejemplo administrarles enemas de humo de tabaco, pellizcarle los pezones(2) o insertar atizadores al rojo vivo por todos los orificios del cuerpo. Un método que gozaba de mucha popularidad era dejar encargado al tonto del pueblo de dar violentos tirones a la lengua del cadáver durante tres horas (que era el tiempo que la medicina estimaba necesario para atestiguar la muerte).

Fue muy popular también la utilización de los “Leichenhäuser”, mortuorios para "muertos dudosos" donde se dejaban los cadaveres en una sala con temperatura ambiente muy alta, esperando que empezara la putrefacción, que era la única prueba en la que confiaban. A los cadáveres se les ataba a los dedos de las manos y los pies de los cadáveres alambres unidos a campanillas para avisar de hasta los más leves movimientos.

Los ingenieros también aportaron sus soluciones con ataudes de seguridad dotados de extraños dispositivos en su interior que permitieran al difunto, si se daba la temida circunstancia de que fuese un "fake", pedir ayuda al exterior a través de campanas o banderines.

No sé si alguno de estos ingenios funcionó alguna vez, pero si se piensa en ello no es difícil imaginar la escena que inspiró aquella famosa historia:

Un paisano iba al cementerio a depositar flores en la tumba de un pariente cuando de repente observó que de una sepultura salía una mano que se agitaba desesperadamente.

Al acercarse asustado pudo escuchar una voz de ultratumba (y este es el uso más apropiado para este adjetivo) gimiendo: "¡Socorro!, ¡socorro!. ¡Que estoy vivo!. ¡Que me han enterrado vivo"

Y puedo imaginar al paisano pisando esa mano y hundiéndola de nuevo en la tierra: "¡calla!, ¡calla! ¡que vivo! Tú lo que estás... es mal enterrado"



(1)Tafofilia: nombre de la parafilia que padecen aquellos que sienten excitación sexual al imaginar que son enterrados vivos.
(2) si además de ser un muerto "fake" era un thlipsosisítico este procedimiento le producía una gran excitación.

6 Comentarios:

Muxfin dijo ...

La tafofilia se cura con un certero hachazo en la cabeza. (Hoy me he levantado algo bruto).

mint dijo ...

Muy divertido. En el tiempo actual los muertos más vivos que conozco son numerosos blogs (entre los que incluyo el mio) que cuando parece que estas finados van y resucitan Y para avisar de la buena nueva de la resurrección al resto de mortales, los ingenieros informáticos han inventado un buen dispositivo: el lector de feeds. Para que luego digan que ciber no se parece al mundo real.

Mercurio dijo ...

Me consta que lo del pellizco en los pezones es una practica que todavia se realiza, y funciona. Ahora creo que se lleva algun tipo de reflejo relacionado con la planta del pie

Fernando García Pañeda dijo ...

¿A nadie se le ha ocurrido pasar varias veces por delante del presunto finado un billete de 100?

Unknown dijo ...

muxfin buena cura si señor.

mint tienes razón, es muy curiosa la forma en que resucitan los blogs, y que todos nos enteremos.. y sin alambres atados a los dedos de los pies.
mercurio me has dejado pensando en esa primera persona que usas en tu comentario ;)

Con lo de cosquillas en la planta del pie no creo que aguante ni un muerto de verdad.

fernando ¡muy bueno!. Seguro que tu método es más efectivo que todas esas técnicas semitruculentas.

Anónimo dijo ...

Lastima que la Tafofilia sea considerada solamente desde un aspecto sexual y con la muerte (NO es necrofilia) y NO con la atraccion y gusto por los cementerios, criptas y este gusto puede verse reflejado en fotografia, literatura etc