jueves, mayo 04, 2006

El concierto

Vivaldi, Bach, Haydn, Händel. Me encanta escucharlos, pero ayer por la tarde los pude escuchar de una forma muy especial.

Ya estabamos todo el público sentado en la sala, cuando los músicos salieron al escenario entre cariñosos y emocionados aplausos. Ella ocupó su puesto, casí en el centro de la orquesta, con su violín en una mano, el arco en la otra y una sonrisa nerviosa en su rostro.

Estaba toda la orquesta, pero su pelo y su sonrisa brillaban mucho más que los de todos los demás.

Nos buscó entre el público, y al localizarnos esbozó un pequeño gesto de saludo.

En cuanto comenzaron a sonar los violines, se me humedecieron los ojos. ¡Es que la música suena muchísimo mejor cuando la interpreta tu hija!.



Actualización: He cambiado la imagen por la fotografía de esta preciosa obra de Sargent. ¡Gracias Vailima!


5 Comentarios:

Lula Towanda dijo ...

Amor de padre, eso si que vale

Muxfin dijo ...

Se nos cae la baba cuando vemos actuar a nuestros hijos.
Que se quiten grandes directores o medallas de Oro.

Anónimo dijo ...

¿Y los vecinos que opinan? ;)

chousas dijo ...

Si esto pasa en las actuaciones de parvulitos, qué no será cuando toca en una orquesta!!!

Anónimo dijo ...

Lo que sentimos por nuestros hijos es, la mayoría de las veces, tan intransitivo que lo único que nos consuela es contemplar nuestra creación. Te dejo la dirección de una obra de Sargent a la que tengo especial cariño:
http://ccfagallerycom.siteprotect.net/images/a175.jpg
un saludo y buen fin de semana.