miércoles, diciembre 20, 2006

El becario, el robot y los del taller (final alternativo)

Hoy Julen, ha publicado en su blog un interesante cuento: "El becario, el robot y los del taller" .

Me he permitido el atrevimiento de escribir un final alternativo, porque este cuento es increíblemente parecido a mi historia profesional:

...

Finalmente el becario empezó a aprender sobre la naturaleza humana, su inteligencia social comenzó lentamente a despertarse, pensó mal y acertó. Gracias a ello pudo darse cuenta del sabotaje y conseguir "neutralizarlo".

Y no sólo eso, sino que lo hizo sacando buena nota, pues aquello fue el inicio de una buena y larga amistad con el cabecilla de los saboteadores.

El becario se sintió orgulloso de sus nuevas habilidades. Especialmente cuando gracias a este proyecto le subieron el sueldo y le hicieron un contrato fijo.

En ningún momento llegó a sospechar que ese famoso proyecto de monitorización llegaría a ser con el tiempo la causa última de su maldición.

Y es que los saboteadores del taller no son en absoluto peligrosos, los verdaderamente letales son los saboteadores que aparecieron algunos años mas tarde entre la dirección de la empresa.

Lo sistemas de monitorización y los robots terminaron sacando la verdad a flote, lo cual no es un peligro para la gente del taller (aunque se lo hayan contando tantas veces que ellos mismos se lo hayan llegado a creer) .

Los puestos de trabajo que realmente peligraban eran los de algunos incompetentes de más arriba que se quedaban con el culo al aire y sin cabezas de turco a los que culpar de su ineptitud... pero "hay que defender el puesto de trabajo", y ellos con el poder en sus manos si que son verdaderamente expertos en "inteligencia social".

Por desgracia el becario no se fue a la puta calle y hoy en día ha llegado a ser ... (quizás uno de los incompetentes, aunque nunca lo reconocerá).

PD: el cabrón no fue el de dibujo de segundo, fue el de electrónica de segundo.

5 Comentarios:

Anónimo dijo ...

¿y lo que has llegado a ser ha sido en el mismo sitio en que empezó el becario?
¿no te habrás dado a conocer a más de uno? :)

Unknown dijo ...

Si en el mismo sitio joserra. Y si también a la segunda pregunta, pero es que me está pasando como a los asesinos en serie, que van dejando pistas porque en realidad quieren ser encontrados.

A lo mejor aún estoy a tiempo de que la historia acabe con un final feliz, aunque me temo que si sigo aquí es bastante difícil.

De todas formas si alguien se ha dado por aludido ¿que tengo que temer? ¿que puede hacer?. No creo que llegue y me diga "Vale, me he reconocido en tu historia, yo soy uno de los incompetentes, tú debes ser Telémaco y no me ha gustado nada lo que has contado".

Anónimo dijo ...

Si alguien se ha dado por aludido y el mismo se encaja en el grupo de los incompetentes, sería un poco absurdo, no? :)
Lo que me preocupa un poco es que no veas que ahora vayas hacia un final feliz!! :O
Yo he pasado por cinco empresas despues de la beca, en siete años, casi siempre "a mejor" (no me atrevo a definir "mejor"), pero lo que no veo es hacia que final quiero andar. Creo que necesito más marca propia :S

Lula Towanda dijo ...

Bonita historia, por ahora sin final.
¿Sigue estando allí el cabecilla de los saboteadores?

No creo que se den por aludidos los incompetentes de arriba. Para saber que no se sabe hay que ser sabio.

Unknown dijo ...

joserra te agradezco tu preocupación, pero no te preocupes por mi. Ahora "estoy de vuelta", ya sabes lo que decía Camus "Hay que imaginarse a Sísifo dichoso".


Lula tú si que sabes, te admiro.

El cabecilla sigue por aquí. Aunque está bastante "jodido" pues tiene la cabeza en la picota desde hace ya algunos años.

No sé como hace para ello pero de momento se aferra al puesto.

Pero el ejercito de hienas y víboras del que se rodeó están en todo lo alto. Incluso, como era perfectamente previsible, se volvieron contra él y se han convertido en su peor pesadilla.

La verdad es que yo debo ser tonto, pero a mi estos personajes me dan pena, agonizan envenenados por su propio veneno.