Maldito trabajo
Señor Conde Lucanor, dijo Patronio, para que os consoléis cuando tal cosa os acaezca, estaría bien que supieseis lo que le acaeció a dos hombres que fueron muy ricos.
Señor Conde Lucanor, estos dos hombres, uno llego a tal pobreza que no le quedo en el mundo nada que pudiese comer. Y después de que hubo hecho mucho para buscar alguna cosa de comer, no pudo conseguir nada mas que una escudilla de Altramuces. Y acordándose de cuando estaba acostumbrado a ser rico, y de ahora con hambre y con mengua, tenia que comer los Altramuces, que son tan amargos y de tan mal sabor, comenzó a llorar muy fuertemente, pero por al gran hambre comenzó a comer de los altramuces; y mientras los comía, estaba llorando y echaba las cáscaras de los altramuces tras de si, y estando el con este pensar y esta cuita, sintió que había otro hombre detrás de él, y volvió la cabeza y vio que un hombre junto a él estaba comiendo las cáscaras de los Altramuces que tiraba tras de sí; y era aquel el otro hombre del que os hable mas arriba.
Y cuando aquello vio el que comía los Altramuces, le pregunto al que comía las cáscaras porque hacia aquello. Y el otro dijo que supiese que había sido mucho mas rico que él, y que ahora y que ahora había llegado a tan gran pobreza y tenia tanta hambre que le placía mucho hallar aquellas cáscaras que él dejaba. Y cuando esto vio el que comía los Altramuces, consólose, pues entendió que otro había mas pobre que él y que tenia menos razones por las que hubiese debido serlo. Y con este consuelo recobro el animo y ayudole Dios, y busco la manera de salir de aquella pobreza, y salió de ella y fue muy afortunado.
La fotografía en que aparece inmortalizada realizando su interesante ocupación es de Nancy Rica Schiff.
empleo
8 Comentarios:
Que buenos recuerdos me trae el Conde de Lucanor. Mi colegio se llamaba Infante Juan Manuel y la lectura de este libro era obligada para los alumnos de ultimos cursos. Aun con la obligacion de su lectura lo recuerdo como un libro muy agradable de leer.
Y cambiando de tema, ¿para que sirve ese maravilloso trabajo?, jo el de "olfateardor de perfumes" lo puedo entender pero el de esa señora no le veo la finalidad.
Jajajaja, si quieres te puedo presentar a alguien que hacía ese trabajo. En concreto el de los pañales.
Por si alguien tiene dudas, se trata de un trabajo bastante importante para las empresas que los fabrican. Igual que las encuestas a madres. Gracias a esos estudios se valoran alternativas en el desarrollo y fabricación de los pañales.
No te quejes de tu trabajo, mírale lado positivo y si no lo encuentras tal vez deberías cambiar de trabajo (te acuerdas cuando en la bola de cristal decían: cierra los ojos y si no se te ocurre nada es mejor que apagues la tele). El encontrar a otros que están peor que nosotros no debe ser el único consuelo
Anda, y a mí que me encantan los altramuces. Nunca hubiera dicho que era considerado algo tan desdichado el tener sólo eso para comer.
Un beso.
Concuerdo con Lula Towanda en valorar más lo que tenemos que fijarse en lo que otros no tienen; en todo caso fijarnos en lo que otros sí tienen y queremos para nosotros, si no corremos el riesgo de llegar a igualarnos a la baja y "multiplicarnos por cero".
mercurio yo a lo mejor tengo algo de "masoca" pero a mi me encanta como suena el castellano antiguo.
Ni idea de para que sirve que alguien olfatee esas cosas, de verdad que no se me ocurre nada.
oscar me imagino que olia pañales limpios, con la finalidad que tuviesen un olor agradable ¿no?.
Lula tienes toda la razón pero como medida de emergencia mientras encuentro otro consuelo, bienvenido sea. Lo de apagar la tele está bien pero hay que seguir pagando las facturas, y lo de cambiar de trabajo estoy en ello, pero las circunstancias hacen que en mi caso la cosa esté complicada.
Carmen justo eso es lo que nunca entendí del cuento, deben haber varios tipos de altramuces porque los que yo tomaba de pequeño recuerdo que me gustaban. Donde vivo ahora no se encuentran.
nice o sea que debemos fijarnos en lo bueno de los demás en lugar de en lo malo. Si la felicidad fuese algo absoluto sin duda esa sería la buena estrategia, pero me temo que la felicidad es un concepto que sólo se puede medir de forma relativa, y de esta manera buscar lo que deseamos en los otros es un poco la estrategia de la zanahoria colgada al final de un palo. es seguro que nos hará avanzar y movernos pero también que nunca alcanzaremos la felicidad.
De acuerdo en que la felicidad es relativa. Muchas veces se basa en satisfacer las expectativas que uno tiene. Tener unas expectativas desorbitadas puede llevar necesariamente al sufrimiento. Pero rebajar las expectativas puede hacernos bucear en la resignación (que no es lo mismo que la aceptación).
Creo que de los demás lo que hay que hacer es aprender, que es la mejor manera de ampliar nuestras expectativas y enriquecer nuestra vida.
nice en que de los demás lo que debemos hacer es aprender estoy totalmente de acuerdo.
De hecho más que un deber, es una de las mejores cosas de esta vida.
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