
A la manera de
las ideas radicales de
Julen (
aunque me propongo intentar ser más radical que mi maestro) hoy voy a comenzar una serie de entradas en las que expondré algunas ideas heréticas que hacen que me sienta un especialista en
nadar contracorriente.
Aclaro que mi única intención es provocar ...
...por eso espero que no haya demasiada gente de acuerdo con las ideas que expondré o me veré obligado a radicalizarme aún más. ¡Es lo que tiene esto de la provocación!.
Comenzamos la serie así:
La falta de productividad es a menudo buena y necesaria para la supervivencia de una fábrica.
Si se consiguiese que todos los recursos y máquinas de una fábrica consiguiesen una productividad del 100%, lo cual por fortuna es imposible, la empresa estaría en uno de estos tres casos:
-A. Habrían tenido la desgracia de tener éxito en lo que muchos andan buscando afanosamente desde hace años, en tener todos sus
recursos productivos perfectamente equilibrados y balanceados en capacidad.
Si este es el caso, el sistema que habrían creado sería absolutamente inestable, la más mínima incidencia haría que el sistema entero se detuviese y que la productividad del sistema como conjunto (la única que de verdad importa) cayese en picado.
El sistema sería absolutamente inmanejable, estresante e ingestionable. Rígido, sin ninguna capacidad de reacción ante fluctuaciones en la demanda, sin ninguna capacidad de protección ante averias, materiales defectuosos, imprevistos, etc. Con una empresa así sería un milagro poder dar buen servicio al cliente, cumplir ninguna planificación o cumplir un sólo plazo de entrega.
-B. Fabrican más de lo que venden y
los stocks e inventarios les salen por las orejas.
Si unos recursos tienen más capacidad que otros, esto obviamente es lo más normal, y todos son sumamente productivos, los stocks de material en curso crecerán y crecerán hasta ocupar el último rincón, la última cubeta y el último pasillo. El caos se apoderará del sistema, las materias primas se agotarán y no serán suficientes para fabricar los pedidos urgentes. Los departamentos de compras reaccionarán comprando más y generando graves problemas financieros.
Al final todos los pedidos se convierten en urgentes y la ambulancias no consiguen pasar porque se forman atascos de ambulancias delante de todos los recursos.
Los directivos achacan sus problemas a la falta de productividad y se ponen a medir obsesivamente la productividad de todos los recursos en busca de "ahorros". Por mal que lo hagan, esto provocará que aumente la productividad de los recursos y con ella los stocks y los problemas.
-C. Aumentan la
productividad pero teniendo la precaución de no fabricar más de lo que se vende. Para ello analizan la relación carga/capacidad que provoca la demanda en cada uno de sus recursos y dedican sus esfuerzos a eliminar capacidad sobrante.
Esta estrategia si tiene éxito podría desembocar en la situación A. Sin embargo, a menudo los empleados cuando ven las barbas de su vecino cortar ponen las suyas a remojar. Y esto puede parecer malo pero realmente es una suerte, pues si consiguen ocultar algo de capacidad (o crear algo de "demanda" ficticia) esta siempre podrá ser utilizada por el sistema para reaccionar ante fluctuaciones y futuros problemas, protegiendo el futuro del sistema.
Es cierto que la productividad de unos pocos recursos si que es realmente crítica e importante, pero sólo de unos pocos, en la mayoría de los casos la productividad puede ser muy peligrosa.