Mi gato mediopensionista

Hace un par de años, saliendo una mañana de casa, pude ver a un pequeño gatito de no más de un par de semanas que me miraba con dos ojos grandes y azules, asomando la cabeza detrás de una esquina.

Agachándome despacio, para no asustarle, estire el brazo y le llamé. Sorprendentemente salió de sus escondite y se acercó corriendo a ver lo que le estaba ofreciendo. Alargue la mano y le cogí entre mis brazos sin que pareciera molestarle lo más mínimo. Subí a casa y le bajé un plato lleno de leche.

Dejé el plato en el suelo y comenzó a beber con ansia. Entonces pude observar por el rabillo del ojo a otros dos pequeños gatos que asomaban sus pequeñas cabezas sin atrever a acercarse.

Me alejé para dejarles salir y observé como uno de los dos, venciendo su desconfianza se acercó lentamente arrastrando una de sus patas, el pobre animal debía tener algún problema. Un poco después se acercó, titubeando, el tercer gatito. Andaba muy despacio, un par de metros hacia la leche y corría asustado un metro hacia atrás. Claramente era el más desconfiado.
Los tres gatitos eran idénticos como clónicos. Sin embargo era fácil distinguirlos, uno cojeaba ostensiblemente, otro se acercaba corriendo y comenzaba a frotarse contra las piernas ronroneando en cuanto te veía, y el tercero era el gato más desconfiado que haya existido nunca.

Dos de ellos murieron. Uno de muerte natural y otro atropellado por un coche sobre el que se abalanzó imprudentemente. El superviviente sigue viniendo a diario, cuando tiene hambre, para que lo alimente. Aunque sigue sin dejar que me acerque demasiado.

Ayer descubrí que mi gato mediopensionista no es un gato. Es una gata ninfómana. Y me tuve que pasar la tarde echando a todos los gatos del vecindario.

¿Sabe alguien si existen anticonceptivos para gatas?