martes, enero 02, 2007

Ilusiones

Esa tarde fue la primera vez que nos encontrábamos tras las terribles noticias.

No voy a ser tan hipócrita como para decir que esperaba con impaciencia a reunirme con ella. Aunque siempre he disfrutado de su compañía... pero por mucho que uno lo intente, nunca se está preparado para enfrentarse a la muerte.

Sentía la obligación de decir algo que le levantase el ánimo, y el miedo a no saber que decir me paralizaba.

¡Es tan difícil!. Creo que para apoyarla debería compartir sus emociones, pero me siento totalmente incapaz de imaginar lo que debe tener uno en su cabeza cuando los médicos le han desahuciado.

Pero el miedo era infundado, pues en realidad no pude decir nada. Desde que me vio y vino hacia mi sonriendo, comenzó a hablar sin dejar ni un sólo hueco donde yo pudiese siquiera intentar decirle algo. Y se puso a contarme sus proyectos, me contó que había contratado un constructor para comenzar a construir una casa en el pueblo. Me pidió consejo sobre la distribución de las habitaciones y sobre el tipo de calefacción que sería conveniente instalar. Y me explicó que estaba pensando en alquilarla como casa de turismo rural durante el invierno.

Y yo por un momento quedé totalmente descolocado pensando en lo absurdo que era hablar de proyectos futuros cuando sabes que te queda poco de vida.

Pero no es más absurdo que cuando hace lo mismo cualquier otra persona, el absurdo sólo es ligeramente más ostensible.

Es lo más asombroso de ella, y lo que me hace sentir tanto orgullo, siempre está enseñándo a vivir.

6 Comentarios:

Lula Towanda dijo ...

La vida es un regalo que no disfrutamos con la ilusión que se merece.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo ...

Lo bueno que tiene el futuro es que eres tú quien lo construye, al menos mientras no ha llegado.
Un abrazo,
Julen

pijomad dijo ...

como tu mismo dices, la ESPERANZA no deja que invadan su territorio ni siquiera en una esquinita....

Unknown dijo ...

lula tienes razón, tenemos que poner más empeño, dejarnos de tonterías e intentarlo con más intensidad.

julen es el único tiempo que nos pertenece, y si consiguiésemos superar nuestros temores podríamos construirlo "virguerías".

Me imagino que esa habilidad es una de esas cosas que no se puede enseñar, pero si así fuese, de ti tendríamos muchísimo que aprender.

pijomad brillante, tu comentario me gusta muchísimo más que el post. Gracias.

Fernando García Pañeda dijo ...

Vivimos en su territorio, amigo mío. Nos internamos en su territorio desde que nacemos. Aunque sepamos que nos ha visto, ¿qué otra cosa se puede hacer sino seguir avanzando? Gran lección. No me extraña tu orgullo.

Unknown dijo ...

fernando no hay alternativa. Creo que este camino no se recorre voluntariamente, incluso si no avanzamos o si andamos hacia atrás llegamos de igual forma al final del camino. Pero el presente es nuestro y sólo en el presente somos felices o infelices.