miércoles, noviembre 23, 2005

El pescador II

Leía la semana pasada a Julen reflexionar acerca del tiempo.

El tiempo es nuestro recurso más valioso y más limitado, un minuto perdido de nuestro tiempo no es recuperable.

La verdadera lucha de poder no es para ganar dinero, es para controlar el tiempo de los demás.

Lo cual por otro lado es bastante paradójico porque vendemos nuestro tiempo a los demás, para ganar dinero que nos permita comprar el derecho a disfrutar de nuestro tiempo.

Esta es una forma muy común de desperdiciar la vida buscando una felicidad que ya tenemos pero que a veces es difícil de ver. Porque la verdadera felicidad consiste en amar y disfrutar lo que tenemos y no en sentirnos mal por aquello que no tenemos.

¡La felicidad es un camino, no un destino!


Y todas estas reflexiones me hacen recordar un cuento de pescadores, parecido a otro del que me acordaba hace unos días.

Un banquero americano paseaba en el muelle de un pueblecito caribeño, cuando vió llegar un pequeño bote con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes de buen tamaño. El americano, elogiando al pescador por la calidad del pescado, le preguntó cuánto tiempo tardó en pescarlos. El pescador respondió que sólo un rato.
El americano, extrañado, le preguntó porqué volvía entonces, en lugar de seguir pescando más tiempo y conseguir más pescado. El pescador le contestó que ya tenía lo suficiente para que comer él y su familia. El americano le preguntó qué hacía con el resto de su tiempo. El pescador dijo:
– Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me echo la siesta con mi señora, y voy todas las noches al pueblo a tomar unos vinos y tocar la guitarra con mis amigos. Tengo una vida agradable y ocupada.

El americano replicó:
– Soy licenciado en Harvard y podría ayudarte. Deberías emplear más tiempo en la pesca y, con los ingresos, comprar un bote más grande; con los ingresos del bote más grande, podrías comprar varios botes. Llegarías a poseer una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a una conservera, después podría abrir tu propia conservera. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. También deberías salir de este pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión.

El pescador le preguntó:
– ¿Pero cuánto tiempo tardaría todo eso?

A lo cual respondió el americano:
– Entre 15 y 20 años.

– ¿Y luego qué?– preguntó el pescador.

El americano se rió y le dijo que esa era la mejor parte.

– Cuando llegue la hora deberías vender las acciones de tu empresa. Te harás rico. Tendrás millones!
– Millones ... ¿y luego qué?
– Luego te puedes retirar. Te podrás mudar a un pueblecito en la costa donde podrás levantarte tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echar la siesta con tu mujer e ir todas las noches al pueblo a tomar unos vinos y tocar la guitarra con tus amigos.



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4 Comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo ...

Tenemos problema con el tiempo cuando está empleado de forma no proporcional a nuestras prioridades o cuando es una variable que no puedes gestionar en su mayor parte.
En el trabajo habitualmente el tiempo es dinero: cuanto menos tardamos en hacer las cosas, las podemos vender por menos dinero y alguien dice que podemos ser más competitivos. El tiempo es unidad de medida para la eficiencia. Pero esto es así cuando estás atrapado dentro de un modelo. Peter Senge le da muchas vueltas a la demora (tiempo que necesitamos para entender ciertas cosas que suceden). Y mi impresión, dando vueltas por mis queridas empresas clientes, es que muy poca gente tiempo para entender la demora. Y como no hay tiempo para esperar y comprender la demora, actuamos con cierto frenesí (problema-respuesta), perdiendo tiempo, dentro de un inmenso círculo vicioso que se realimenta constantemente.
De todas formas, el tiempo es un problema de verdad... si has nacido en Sierra Leona. Entonces, es probable que tengas menos de 40 años para demostrar lo que vales y disfrutar de lo que tengas. Eso sí es un problema.

Unknown dijo ...

duelos y quebrantos mejor tú lo expresas no se puede expresar. Queremos vivir el futuro y nos olvidamos de vivir el presente. Yo tampoco pienso que lo ideal sea sólo mirar al presente, porque si no se mira al futuro no se avanza. Pienso que hay que mirar hacia delante pero muy de vez en cuando parar y echar un vistazo alrededor.

julen en el trabajo la variable tiempo es la principal. Senge tenía toda la razón cuando decía que lo que dificil de ver los sistemas y las relaciones causa-efecto que forman su estructura es que con frecuencia están separadas en el tiempo y en el espacio.

Lo que no entiendo es que pretendes decir con lo de Sierra Leona. Me imagino que los habitantes de Sierra Leona al no tener cubiertas sus necesidades más básicas dedicaran todo su tiempo y esfuerzo a intentar satisfacerlas y serán felices cuando se aseguren la comida del día siguiente. ¿ o quieres decir que nunca son felices ? Yo no pienso así, como decía en el post pienso que la felicidad es un camino y no un lugar. Pero a lo mejor estoy equivocado, vaya usted a saber.

amadel, lo malo es no darse cuenta de esto hasta que se tienen 85 años, como decía el poema "instantes" incorrectamente atribuido a Borges.

Lula Towanda dijo ...

No tengo tiempo de poner un comentario :-(

Unknown dijo ...

Duelos y quebrantos muy buena metáfora la del coche. Cuando sientes que no te gusta tu vida acuerdate de aquello de RABINDRANATH TAGORE de "si lloras por haber perdido el sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas".

Lula, don´t worry.